Y vas llorándole a la luna cada noche, pero a ella no le importas, ni tú ni nadie. Tu querida luna es una puta, se folla a otros despues de que tú le haces el amor y le ruegas que se quede todas las noches. Pero ella siempre se va, ¿verdad? Se va y siempre aparece el sol. Pero tranquilo, ella volverá. Siempre volverá; con sus mentiras, con sus engaños, siempre vuelve. ¿Por qué le cantas a la luna, no ves que no te quiere? Sabes que estás solo, pero no tienes más que a ella, y tienes que visitarla cada noche porque si no estás vacio. Pobre diablo, tanto susurrarle a la luna en vano. ¡Quién pudiera escuchar tan bellas palabras en la boca de un hombre! Lástima que ella no las comprenda, lástima que no haya otra para sentirlas, para responderlas. ¡Qué desperdicio de palabras! Aunque, al fin y al cabo, en eso se resume el amor: en palabras desperdiciadas que nadie siente. ¡Malditos amantes! ¿Por qué os susurrais mentiras? ¿Por qué os engañais mutuamente, si solo os haceis daño? Pobres palabras, han llegado a la categoría de ser utilizadas habiendo perdido todo su significado. ¡Qué gran desperdicio para la lengua! Pobres personas, jugando con sus sentimientos, dañandose mutuamente.
Hubo un loco que dijo que la luna era de queso, pero no se, a mí me parecen más locos los que se enamoran y de esos hay millones y nadie los llama locos.
Decía Extremoduro.
Yo elegí basura.
sábado, 14 de diciembre de 2013
La luna.
domingo, 8 de diciembre de 2013
¿Y cómo he llegado yo a terminar así?
De repente, me apetecía pasar la vida entera a su lado. No sé, quizás haya sido la idea más estúpida que se me había ocurrido en toda mi vida, pero no podía dejar de pensar en lo feliz que sería mi vida si él se quedase para siempre. Sé que era una locura y que corría el riesgo de terminar barriendo trozos rotos de mi corazón del suelo, como siempre. Pero esta vez parecía diferente, la idea no me parecía tan estúpida, porque de repente mi felicidad se encontraba donde él estuviera; y debía ser la primera persona a la que le entregaba mi corazón con la certeza de que no lo rompería.
viernes, 15 de noviembre de 2013
El amor.
Ella veía la vida más fácil estando a su lado. Nadie puede ni imaginarse la sensación de la adrenalina corriendo por sus venas cuando él le sonreía. Incluso el tiempo parecía detenerse cuando estaban los dos juntos. Ella jamás podría describir como era saberse una parte de su vida, ocupar un lugar en su cama, donde las únicas guerras eran de cosquillas y todas las frases venían con beso incluído al final.
Él tampoco se sentía desafortunado, al contrario, verla sonreír era el mayor placer que podía sentir en esta vida. Y su risa era lo más preciado que sus oídos podían escuchar. Ella era su mundo, su eje, y nadie jamás podría ocupar ese lugar.
El amor lo era todo para ellos, y eso era el motivo de su felicidad; y es que, cuando hay amor, lo demás deja de importar, sea lo que sea.
"Le rompió el corazón..."
Le rompió el corazón, y luego guardó los trozos, porque a pesar de todo la amaba. Le partió el alma en dos, porque queria quedarse una parte de ella pero, egocéntrico él, no comprendió que una persona no puede vivir con un corazón roto, a con la mitad del alma, que no puedes guardar un trozo de una persona, porque dejará de ser como era: quedará rota. Y las personas rotas, amigo mío, las personas rotas son las más difíciles de arreglar.
"Le rompió el corazón pero guardó los pedazos. De vez en cuando los observaba y encontraba en ellos la más absoluta belleza que él destruyó"
Microcuento
El café solo se le enfriaba. Él había prometido que llegaría, pasara lo que pasase. Ella esperaba sentada en la pequeña mesa de cristal. Las gentes pasaban y se marchaban, y ella seguía sola. Él nunca apareció, y el corazón de ella se quedó tan solo como su café. Ella al final decidió marcharse, mientras esparcía lágrimas y trozos de su corazón por la acera. Nunca lo buscó.
Quizás todo hubiera sido diferente si él, cuando iba de camino hacia el café, no hubiera cruzado aquella calle, o si quizás aquel despiadado conductor no hubiera cogido el coche aquella mañana. Quien sabe lo que podría haber sucedido entonces. Pero el coche ya se había abalanzado sobre él y su sangre ya se había derramado por la carretera. Pero, su último pensamiento fue para ella. Siempre para ella.
Él muriendo en la calle y ella muriendo por dentro. Los dos desangrándose.
martes, 22 de octubre de 2013
"Un infierno allí dentro"
Creía que la principal ventaja de estar enamorado y ser correspondido era que las noches dejaban de ser mares de tristeza. Sin embargo, yo le sigo contando a mi almohada cada noche en forma de lágrimas todo lo que me mata por dentro. Supongo que esa es la desventaja de poetas y escritores, que viven en la permanente oscuridad de sus sentimientos; llevan un infierno interno allí dentro.
sábado, 12 de octubre de 2013
La primera regla para ser escritor es tener el corazón roto y haber amado como nadie.
¿Cómo hay gente que se le pasa tan rápido eso del "amor"? Decir "te quiero" a alguien y dos horas depues olvidarte de esa persona no es normal. Nadie deja de querer en menos de dos horas. ¿Cómo, después de estar tan enamorado, la otra persona pasa a ser alguien sin importancia? Y yo me pregunto de donde consigue la gente esa capacidad de olvidar, esa fuerza para superar las cosas.
Yo creía estar echa a prueba de balas, ser capaz de resistir todo. Me había creado mi barrera invisible y nadie podía tocarla. Pero como siempre, idiota yo, abro la barrera para que entre alguien y me confío, y me destrozan todo. Y vuelvo a darme cuenta de que sigo siendo la misma imbécil vulnerable que era siempre y que nada ha cambiado.
Yo en parte envidio a los que utilizan a las personas, ojalá yo pudiera hacerlo sin sentir lástima ninguna. Sería la mejor forma de no ser herido.
Pero, en parte, me alegro de ser así como soy, de sentir el dolor, porque, las mejores palabras que ha conocido nuestra historia han salido siempre de un corazón roto.
domingo, 6 de octubre de 2013
Todo había cambiado, la vida les había dado su golpe de suerte.
Ya no se miraban como antes; ahora habían descubierto en sus ojos algo diferente: ese brillo especial que aparecía solo cuando se observaban entre ellos. Era algo único de los dos, algo especial e íntimo, que no compartían con nadie más. Y en ese secreto que los dos poseían descansaba su felicidad.
Nunca nadie sabrá lo diferente que era el mundo cuando nadie podía verles, ni las sonrisas que se dedicaban a escondidas, siempre ocúltandolas a la gente. Y así creaban su propio mundo, lejos de todo, porque ellos ya tenían su propio paraíso y no necesitaban más. Y compartían sus emociones, sus pensamientos y sus propios cuerpos, porque se sentían uno; ya no eran dos personas, sino una sola dividida en dos mitades que encajaban a la perfección. Ya no estaban perdidos, habían encontrado su lugar en el otro, y así seguiría siendo para siempre.
Eran afortunados, porque siempre las mejores sonrisas son las que se dedican en la intimidad.
viernes, 4 de octubre de 2013
¡Hipócritas!
jueves, 3 de octubre de 2013
¿De qué sirven los "te quiero" si no se sienten?
Decirle a alguien que le quieres sin sentir nada no es algo bueno como muchos piensan, más bien es de necios e hipócritas. Esa gente debería reservar esas dos palabras para cuando las sientan de verdad, porque es lo más valioso que una persona podría decir. Es verdad que a veces los "te quiero" se dicen por miedo, porque con esas dos palabras esperas solucionar todos los problemas del mundo, o simplemente por miedo a perder a alguien.
Pero os diré una cosa, los "te quiero" que son por miedo, son los que se sienten de verdad. Porque amar significa tener miedo a perder, a caer; y puede que pronunciando esas dos palabras todo cobre sentido y tus temores desaparezcan, junto con los de la otra persona. ¿O no es verdad que cuando oyes un "te quiero" parece que nada más importa menos esas palabras? Es increible la fuerza de las palabras, aunque también es verdad que a veces ni los "te quiero" pueden solucionar lo que ya está roto.
lunes, 30 de septiembre de 2013
Y como siempre, termino hablando del tema que más daño a causado a la humanidad, el amor...
Podré explicar que no conozco mejor sensación que la de estar enamorado, así como tampoco conozco mayor dolor que el de un corazón roto. ¿Por qué arriesgarse, pues, a amar si puede que el dolor que venga detrás sea mucho más fuerte? Por una simple razón: porque la sensación es tan fuerte que merece la pena soportar cualquier dolor con tal de saber que se siente. Nadie debería morir sin conocer la sensación de amar. ¿Qué seríamos, entonces, si no existiera el amor? Solo seríamos seres vacíos, carentes de emoción. ¡Qué triste sería la vida sin el amor!
domingo, 29 de septiembre de 2013
Quizá nadie me entienda. Yo no me extraño, ni siquiera yo misma soy capaz de comprenderme. Pero supongo que solo soy otra persona más...
Es fácil echar la culpa de nuestro dolor a otros, o a otras cosas. Pero el dolor lo creamos entre todos. La pobreza no existiría si aquel rico decidiera vivir más modestamente para que otros vivieran mejor. No habría hambre si el propietario repartiera sus cosechas. No habría guerras si las fronteras no fueran más que un recuerdo del pasado. No sé vosotros, pero yo nunca he visto a un político o a un rey en el campo de batalla con sus soldados. ¿Por qué han de morir los inocentes para complacer a los que nunca harán nada por nosotros? Quizá si el término ''igualdad'' se aplicara más en nuestros tiempos, el mundo sería un lugar mejor.
Pero la igualdad falta, el político corrupto sigue gobernando, las fronteras existen, y medio mundo se muere de hambre. Todo por culpa de aquellos que no aprendieron a ser personas. Me río de todos los que dicen ''un mundo mejor es posible''.