''Qué importa ser poeta o ser basura''
Decía Extremoduro.
Yo elegí basura.

viernes, 8 de agosto de 2014

Como intentar alcanzar una nube.

Se querían, se podía notar a kilómetros. Sus miradas cuando se veían lo decían todo, esas miradas de complicidad, de deseo. Era demasiado evidente como para no darse cuenta. Pero ellos jugaban a ocultarlo, a hacer como que no pasaba nada. También jugaban a hacerse daño constantemente. Era su juego preferido.
Luego llegaban los imposibles, esa tensión prohibida de no poder ser felices juntos, pero a la vez serlo. Es como intentar alcanzar una nube, está ahí, pero jamás llegarás a ella. En el fondo, les gustaba. Es el sabor de lo prohibido, el miedo a perder al otro, a que todo termine; todo eso les daba las energías suficientes para seguir besándose a escondidas, dedicándose miradas furtivas y caricias prohibidas.
Todo eso y, bueno, el inagotable amor que se tenían.