''Qué importa ser poeta o ser basura''
Decía Extremoduro.
Yo elegí basura.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Microcuento

El café solo se le enfriaba. Él había prometido que llegaría, pasara lo que pasase. Ella esperaba sentada en la pequeña mesa de cristal. Las gentes pasaban y se marchaban, y ella seguía sola. Él nunca apareció, y el corazón de ella se quedó tan solo como su café. Ella al final decidió marcharse, mientras esparcía lágrimas y trozos de su corazón por la acera. Nunca lo buscó.
Quizás todo hubiera sido diferente si él, cuando iba de camino hacia el café, no hubiera cruzado aquella calle, o si quizás aquel despiadado conductor no hubiera cogido el coche aquella mañana. Quien sabe lo que podría haber sucedido entonces. Pero el coche ya se había abalanzado sobre él y su sangre ya se había derramado por la carretera. Pero, su último pensamiento fue para ella. Siempre para ella.
Él muriendo en la calle y ella muriendo por dentro. Los dos desangrándose.

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