''Qué importa ser poeta o ser basura''
Decía Extremoduro.
Yo elegí basura.

viernes, 7 de marzo de 2014

Frágil.

Era tan frágil, tan delicada, tan minuciosa y tan tímida. Parecía cristal, y cada vez que se movía parecía que se iba a romper. Sus movimientos eran tan ágiles y tan sofisticados; parecía que bailaba cuando caminaba. Sus ojos, siempre luminosos; y sus cabellos, parecían suaves y brillantes. Qué bella era por fuera, qué hermosa parecía, y qué rota estaba por dentro.
Su mente, oscura, la encerraba. Era una cárcel. No veía más allá de su infierno. Pobre ingenua, estaba perdida. Solo era una niña que no había conseguido encontrar su rumbo. ¡Qué vacías sonaban sus palabras, qué triste era su mirada! Ojalá alguien pudiera entrar dentro de ella y salvarla de sí misma, romper su caos. Pero nadie podía salvarla, era ella misma la que debía hacerlo, pero no podía. Ya no había salvación para ella. Se había caído. Y por el día, volvía a parecer la de siempre, pero a la noche no podía ocultarle su oscuridad.
Se consumía.

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